viernes, 5 de marzo de 2021

ADÚ de Salvador Calvo

Siempre me ha costado definir qué es exactamente la ternura. Pero después de ver Adú, creo que lo tengo claro. No hay palabra mejor para definir lo que sientes durante toda la película por el pequeño protagonista.

La película narra tres historias paralelas pero de algún modo conectadas entre sí. Gonzalo es un activista medioambiental que trata de terminar con las acciones de los cazadores furtivos de elefantes en África, al mismo tiempo que intenta convivir y ayudar a su hija Sandra, enviada por su madre desde España por sus problemas con las drogas. Adú es un niño camerunés que tiene que huir con su hermana mayor a raíz de haber sido testigos de la actividad de unos cazadores furtivos. Y Mateo es un joven guardia civil destinado en Melilla que se ve envuelto en una investigación por la muerte de un emigrante que intentaba saltar la valla. 

Puede que el resumen del argumento haga pensar que la película no es más que un retrato, desde tres puntos de vista distintos, de la situación actual en los países subsaharianos y de las dificultades que encuentran sus habitantes cuando deciden emigrar a Europa. Pero no es así de simple. La película es un baño de realidad, sí, pero las historias están muy bien tratadas y enlazadas. Es cierto que la que tiene mayor relevancia en la película es la historia de Adú. Es la más emotiva, la que te produce más ternura (te llevarías a Adú a casa sin pensarlo dos veces) y también la que tiene momentos más duros y sobrecogedores. Pero las otras dos historias también tienen su punto. La evolución de la relación entre Gonzalo y su hija Sandra es muy interesante. Y los dos actores, Luis Tosar y Ana Castillo, están estupendos como siempre. Quizá la historia más floja sea la de Mateo, el guardia civil, porque es en la que el director profundiza menos, aunque tiene un toque de originalidad y no deja de ser un punto de vista diferente sobre la situación real.

Hay un personaje en la película del que no he hablado todavía y es maravilloso. Se trata de Massar, un joven que también intenta llegar a España y que coincide casualmente con Adú en un punto del viaje, acogiéndolo como si fuera su propio hermano para seguir juntos hasta su destino. Es brillante ver como dos personas que ni siquiera hablan el mismo idioma llegan a tener una conexión tan profunda y a sentir un cariño tan grande el uno por el otro como les sucede a Adú y Massar. Y demuestra que hablar un idioma diferente y ser de un lugar distinto no es un impedimento para entenderse y quererse.

El final es... curioso. Mi primera sensación fue algo así como "¿ya está? ¿Ya se ha terminado?". Pero después, una vez reposada la película y todas las emociones que me había generado, tengo que decir que el final me gustó mucho, como toda la película.

Adú tiene 13 nominaciones a los Premios Goya 2021, incluidas las de mejor película, mejor dirección, mejor actor de reparto para Álvaro Cervantes (Mateo) y mejor actor revelación para Adam Nourou (Massar). Y porque los menores de 16 años no pueden ser nominados, sino Moustapha Oumarou (Adú) no solo lo habría estado sino que habría merecido ganar el Goya. Finalmente consiguió cuatro premios: dirección para Salvador Calvo, actor revelación para Adam Nourou, producción y sonido.

Adú se estrenó en enero de 2020 y está disponible en suscripción en NETFLIX y en alquiler en RAKUTEN TV y APPLE TV.

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