El cine
asiático siempre me ha dado un poco de pereza, pero esta película iraní merece
con creces todos los premios que se ha llevado este año. Ha sido un verdadero
placer verla.
Simin
quiere marcharse de Irán con su marido Nader y su hija Termeh. Pero el padre de
Nader tiene alzheimer y no puede dejarlo solo. Ante la negativa de Nader de
abandonar el país, Simin le pide el divorcio para poder irse con Termeh, pero
el juez no se lo concede. Simin, enfadada, se marcha a casa de su madre. Nader
contrata a una mujer, Razieh, para que cuide de su padre mientras él está
trabajando. A partir de ese momento, la vida de Nader se complicará
inexplicablemente.
La
película tiene un guión magnífico desde el principio, pero que, además, va “in
crescendo” y te va enganchando cada vez más. Y lo que es más curioso es que no
ocurre nada excepcional en la película, sino que tiene una trama tan cotidiana
que podría pasarle a cualquiera (salvando, por supuesto, algunos puntos muy
concretos relativos a la realidad de un país islámico). Es una historia
sencilla pero que te atrapa totalmente. Y lo consigue gracias a un brillante
equilibrio entre el guión, la manera de filmar y las interpretaciones de los actores.
Los
personajes no son ni buenos ni malos. Son simplemente humanos. A veces estás de
acuerdo con sus reacciones y a veces no. Nader parece la víctima al principio
pero luego muestra también sus debilidades. Quizás mi personaje favorito es el
de Termeh, la hija, que se queda al lado de su padre y su abuelo porque piensa
que así todo volverá a la normalidad. Ella es la que observa, con inteligencia
y con amor incondicional, todo lo que sucede en la película. Por cierto, la
actriz que interpreta a Termeh es Sarina Farhadi, la hija del director de la
película. Es interesante también como Ashgar Farhadi muestra los contrastes de
su país a través de las dos parejas protagonistas. Nader y Simin, más
occidentalizados, y Hodjat y Razieh, más fundamentalistas.
Aunque
todas las escenas de la película me parecen magníficas y necesarias en el
desarrollo de la historia, destacaría el principio y el final de la película.
La escena inicial, con un plano fijo de Nader y Simin hablando a la cámara (en
realidad, hablando con el juez), pone en situación al espectador en muy poco
minutos. Y el recurso que utiliza Farhadi en la escena final para mantener al
espectador sentado hasta que terminan los créditos, me parece un punto final
fantástico para la película.
Nader y Simin. Una
separación se
estrenó en 2011 y está editada en DVD por Cameo.
Actualización 2022: Nader y Simin. Una separación está disponible en suscripción en FILMIN y PLUTO TV, y en alquiler en FILMIN.