
“La belleza de los cerezos en flor es cosa de un día, pero el recuerdo de haber amado dura toda la eternidad”. CEREZOS EN FLOR es una película de contrastes. Realista y poética, sobre la generosidad y sobre el egoísmo, sobre el amor y sobre la soledad, sobre la vida y sobre la muerte... y llena de simbolismos.
A Rudi le han diagnosticado un cáncer, pero sólo Trudi, su mujer, lo sabe. Aunque ella le conoce muy bien y sabe que él no querría cambiar nada de su vida cotidiana (su trabajo, su vida en el pueblo, su sandwich para el almuerzo y su manzana, que nunca se come), consigue convencerle para ir a Berlín a ver a dos de sus hijos y a sus nietos. Tras unos días en Berlín y con la sensación de que están molestando a sus hijos, se marchan a una playa del Báltico. A Trudi le encantaría ir a visitar a su otro hijo que vive en Tokyo, pero Rudi no quiere. Sin embargo, la vida puede cambiar cuando menos te lo esperas.
La primera parte de la película es realismo puro. En algunos momentos casi parece un documental. En esta parte, Doris Dörrie nos hace un retrato de los personajes y de sus vidas. Con sutiles pinceladas nos muestra a Trudi, la generosidad en persona, una mujer que dejó su pasión (ser bailarina de Butoh) para dedicar su vida a su marido y a sus hijos, y que parece ser la única que realmente les conoce a todos. A Rudi, el típico cabeza de familia sobre el que todo y todos giraban y que, a pesar de querer a su mujer con locura, parece no preocuparse demasiado por ella ni por sus hijos. A sus hijos, que viven sus vidas y se sienten incómodos por tener que estar pendientes de sus padres. He leído en alguna crítica que esta parte se podía haber resuelto en menos tiempo, pero no estoy de acuerdo. A mí me ha gustado la forma en que Doris Dörrie consigue transformar la cotidianeidad en película.
La segunda parte es el contraste poético. Japón, la bailarina de butoh, los cerezos en flor, los recuerdos y, sobre todo, el Fuji Yama, que está ahí pero no puede verse (un símbolo perfecto para todo lo que intenta explicar esta película). Aunque también aquí hay un contrapunto de realismo en el personaje de Karl, el hijo que vive en Tokyo.
Me vienen un montón de escenas de la película a la mente que me gustaría comentar, por su simbolismo o por la crueldad de su realismo, pero al final acabaría desvelando partes del argumento. Sin embargo, no os perdáis el juego de contraste visual de la escena en que los hijos de Rudi y Trudi están en la playa del Báltico... me parece excelente.
CEREZOS EN FLOR es una película para los que disfrutan con el cine de autor europeo y para fans de Doris Dörrie.
La película se estrenó en 2008 y está editada en DVD por CAMEO.
Actualización 2022: Cerezos en flor no está disponible actualmente en ninguna plataforma ni en suscripción ni en alquiler.
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